Modo 1: Se trata de la toma de corriente habitual. Se utiliza para cargar motocicletas, bicis o patinetes eléctricos. No recomendable para coches.
Modo 2: En este modo se puede cargar con un poco más de potencia. La toma de corriente está adaptada para este tipo de carga. En este caso cargaremos el coche híbrido o bien eléctrico con poca autonomía. Se utiliza el cable que lleva el vehículo con piloto de control.
Modo 3: Aquí se instala un SAVE (Sistema de Alimentación del Vehículo Eléctrico) que es el conjunto de equipos destinados a la carga del vehículo eléctrico y que se comunica con él. Este caso es el más recomendable debido a la seguridad y a la potencia de carga más elevada. Se utiliza para vehículos con una alta autonomía.
Modo 4: Es la recarga más rápida con el objetivo de minimizar el tiempo de recarga del vehículo y se utiliza en las electrolineras. No es muy recomendable para un uso habitual.